Últimamente escucho a menudo una
frase en diferentes foros de desarrollo local que me empieza a sonar a mantra.
La frase tiene que ver con las Smart Cities, y es esta que dice que hablar de
ciudades inteligentes es una tautología, que las ciudades de una forma u otra
son inteligentes “per se”. No sé a vosotros, pero para mí, este tipo de frases
hechas que se popularizan y se transforman en credo me llenan de desconfianza,
generalmente, acaban perdiendo su esencia originaria y su contenido se
simplifica debido a un proceso de torpe
manoseo. Por último, es habitual que personajes carentes de criterio propio se
agarren a ellas como tablas de náufragos, transformándolas en malas
decisiones descontextualizadas y que no tienen un proceso de reflexión previo
elaborado y fundamentado en un verdadero conocimiento.
Efectivamente, las ciudades, en
algún sentido son inteligentes "per se", pero como en todo podemos asumir
que existen ciudades brillantes,
ciudades necias y todo una gama de grises entre estos dos polos, por favor no
nos agarremos a frases hechas. Entonces ¿Qué convierte a una ciudad en
brillante o que la convierte en necia? Más allá de modas y de dogmas, desde mi punto de vista aquí descansa
la verdadera cuestión.
Montevideo |
Resulta complicado concretar esto,
de verdad, habría que analizar una serie de dimensiones que van mucho más allá
de la tecnologización de la ciudad (paradigma de las Smart Cities convertido en
mantra durante algún tiempo) y que se basen en aspectos como: la calidad de vida
que genera en sus ciudadanos, su capacidad para progresar económicamente, su
capacidad para canalizar el talento endógeno y atraer el exógeno, el impacto
ambiental que genera, la eficiencia en la gestión de lo público… daría para un buen rato. A mi se me ha
ocurrido un aspecto que puede hacer de una ciudad o de un territorio un espacio
más inteligente y quisiera compartirlo con vosotros y conocer vuestra opinión.
Trata sobre la gestión del conocimiento dentro del territorio. Creo que un
territorio inteligente, es aquel territorio capaz de detectar, diagnosticar,
encontrar soluciones y ponerlas en marcha a las problemáticas que padece. Vamos
por partes.
Dubai |
Detección
Una ciudad o territorio
inteligente es capaz de detectar los problemas que sufre y cuáles son los retos
que ha de afrontar. Estos pueden ser de cualquier naturaleza y tener distintas
intensidades, el desempleo, problemas de aparcamiento, problemas para acceder a
servicios básicos en las cercanías… Para
lograr esto, lo público (el organismo que administra la ciudad o territorio) debe habilitar canales
de conocimiento le permitan descubrir cuál es la realidad de ese territorio, cuales
son estos problemas que está sufriendo y cuáles son los retos que tiene que
afrontar. En este punto creo que es fundamental la participación ciudadana, un
territorio inteligente tiene que tener canales de conocimiento para acceder a las
preocupaciones y las problemáticas (se me ocurre también aspiraciones, pero
quizá esto lo enmarcaba en otro ámbito) que sufren las personas que lo habitan.
Para llevar a cabo esto creo que las
tecnologías de la información puedes ser ideales (como ya relaté en el post “Big
Data y Desarrollo Local).
Diagnóstico
Entiendo diagnosticar como recoger
y analizar datos para evaluar problemas de diversa naturaleza. Este punto es
fundamental y desde mi punto de vista el más complejo, me explico. A menudo
tengo la sensación de que muchas problemáticas no se afrontan adecuadamente
porque en los foros estratégicos que preceden a la toma de decisiones de lo
público no se encuentran los interlocutores adecuados, los verdaderos
especialistas de los temas. Pongo un ejemplos, yo he trabajado durante varios
años con personas con riesgo de exclusión social que recibían un subsidio (el
RGI, muy conocido en Euskadi) este subsidio
supuso en 2013, 435 millones de euros
al Gobierno Vasco. Todos los técnicos de empleo con los que trabajé, y fueron
muchos, sabían perfectamente cuáles eran los principales problemas que generaba
esta ayuda, porque sus personas beneficiarias se cronificaban, que tipo de
medidas eran las más efectivas para que este colectivo se reactivara… Lo dicho,
muchos de ellos tenían cierta ideas que podían funcionar a la hora de hacer más
eficiente este apoyo que brinda el Gobierno Vasco a las personas en riesgo de
exclusión. Sin embargo, jamás nadie se preocupó por conocer la opinión de
estos especialistas que trataban con este colectivo a diario. No de
una forma sistematizada y continua en el tiempo, con canales de comunicación
abiertos y efectivos que permitan a los técnicos y expertos trasladar su conocimiento al ámbito público y de toma de decisiones, esto trasladado al resto de aspectos que engloba la gestión de un
territorio es una debilidad… Actualmente y a nivel municipal, se articulan foros de personas que pueden
aportar conocimiento para resolver diferentes problemáticas y yo me quedo con
la sensación de que a menudo en estos foros sólo se convoca a personas que se
integran en los principales grupos de poder del ámbito territorial
(asociaciones, representantes de gremios, representantes sindicales, cámaras de
comercio…) y no a los verdaderos especialistas
de la materia ¿Son estas personas las verdaderamente adecuadas para desarrollar
soluciones? No sólo ellas, la figura de los especialistas es fundamental… ¿Qué
consecuencia tiene esto? Que se adopten medidas
inoperativas debido a una gestión del conocimiento endógeno incorrecta.
Por ello un territorio inteligente sabe buscar a esas personas, aprovechar su
conocimiento y trasladarlo a lo público para la resolución de sus
problemáticas.
Búsqueda de soluciones y puesta en marcha de las mismas
Por último, el territorio
inteligente es capaz de convertir en soluciones este conocimiento y por
supuesto ponerlas en marcha. Por cierto, es mucho más probable encontrar
soluciones si preguntas a las personas que saben de un tema, por lo que si has
dado con los interlocutores válidos este proceso también se simplifica. Un
territorio inteligente ha de confiar en si mismo, en su capacidad para encontrar
sus propias soluciones. Esto no te garantiza
acertar siempre, evidentemente, pero dota a la sociedad de verdaderos
instrumentos de gestión y resolución de sus problemáticas.
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DEL DESARROLLO LOCAL Y OTROS DEMONIOS