lunes, 8 de septiembre de 2014

La paradoja de Easterlin y la búsqueda de la felicidad en tiempos de crisis

La sociedad de consumo ya nos ha entregado toda la felicidad que es capaz de entregarnos, no da para más. Hace poco leí un artículo que trataba  sobre la “paradoja de Easterlin”, esta paradoja viene a decir que una vez que alcanzamos un nivel de riqueza en el que las necesidades básicas quedan cubiertas, nos queda dinero para vivir una vida digna, nos permite ahorrar y tener una seguridad económica razonable ante los avatares del futuro y del azar, un mayor nivel de ingresos no se corresponde con un mayor nivel de felicidad.  Vamos que a partir de cierta situación económica holgada cobrar más dinero no te no genera más felicidad. Es por ello que el capitalismo siempre tan dinámico y ocurrente a la hora de vendernos cosas trata de vendernos sueños y no productos ¿Qué es la imagen de marca? Son aquellos intangibles que asociamos a la marca de un producto. Hay un ejemplo bien claro,  el anuncio de BMW de ¿Te gusta conducir?



En este anuncio no te hablan de las prestaciones de un coche, de la seguridad, de su confort, de su velocidad, de los atributos que lo convierten en mejor a o peor, en este anuncio aparece medio brazo saliendo de la ventanilla de un coche jugando con el viento en diferentes paisajes desiertos, montañas, mares alejados del mundanal ruido… es claro que lo que te venden es algo así como la libertad tal y como la concebimos los seres humanos: difusa, evocadora, sosegante.  ¿Por qué lo venden así? nos inducen a  creer, a sentir,  que comprando ese coche nos acercamos a esa sensación, que la podemos conquistar. Y después siempre ocurre lo mismo, te compras ese BMW y la sensación de ser libre te dura lo que dura el olor a nuevo en el coche, te compras un ordenador Apple y la sensación de ser parte de la modernidad tecnológica dura lo que tardas en darte cuenta que sólo lo usas para ver series, enredar en Facebook y ver porno… curiosamente parece que los propios vendedores han comprendido la paradoja de Easterlin mucho antes que la  propia sociedad, se han dado cuenta que la felicidad que otorga lo material tiene un límite, por eso se han lanzado a vender anhelos…

Esto no es una cosa menor, detrás de ello se esconden unas cuantas evidencias que tienen importancia para el desarrollo local, el crecimiento económico continuo no trae beneficios a las personas, ni a las ciudades, ni a los puebles, ni a los países. Es evidente que un territorio tiene que ofrecer y cubrir una serie necesidades obligatorias para el desarrollo de las personas que viven en el mismo. Una vez cubiertas estas necesidades la calidad de vida se tiene que buscar en otros lugares que poco o nada tienen que ver con el consumo y mucho menos con el consumismo.  En un momento dado en proceso de crecimiento económico se alcanza un nivel de prosperidad que no se corresponde con un aumento equivalente del grado de satisfacción, incluso, dejadme ponerme un poco hippy, me atrevería a afirmar lo contrario, la acumulación y  la hiperestimulación constante con la que nos saturan provoca insatisfacción. Sólo imaginaros un mundo sin Marketing, sin el bombardeo de imágenes de éxito en el que estamos inmersos. Detrás de todo este consumismo está la velada búsqueda del bienestar.

Creo que como especialistas en desarrollo local es necesario de empezar a plantear nuevos escenarios de bienestar, buscar referentes de esa buena vida que necesitamos, esto me parece un reto mayúsculo ¿Cómo podemos sustituir el consumismo por algo que sea mejor y que aporte a la sociedad calidad de vida real y no sombras?  Para ello habría que empezar por plantearse ¿Qué es lo que nos produce satisfacción? ¿Qué se entiende por estar bien en la vida? ¿Cómo lo podemos trasladar a la sociedad? Vamos yo no sé por donde empezar, sensibilización social, consumo responsable, participación ciudadana y gobernanza, estimulación del tejido social, fomento del comunitarismo, sostenibilidad, espacios de desarrollo de las capacidades de las personas, desarrollo y participación en  actividades culturales…

Pero estoy empezando a cansarme de ser tan teórico, en este nuevo curso que empieza me gustaría ofrecer un mayor número de soluciones concretas  a problemas reales y dejarme de tanta disquisición teórica. En definitiva, lo que más me gusta del desarrollo local es que se puede concretar en acciones prácticas que aportan y mejoran la sociedad. No se marchen, sigan por aquí que nos volvemos a poner manos a la obra.

PD: justo ayer vi un documental sobre el neuromarketing, o de cómo se estimula nuestro lado más animal para incitar la compra. Os dejo el link

http://www.rtve.es/alacarta/videos/documentos-tv/documentos-tv-consumo-imperio-sentidos/2049827/

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DEL DESARROLLO LOCAL Y OTROS DEMONIOS