Vaya por delante que creo que el apoyo de la
administración y las subvenciones son
necesarios para dinamizar, impulsar y para fomentar modelos económicos y de
existencia que generan calidad de vida. Eso me aleja de posiciones económicamente
liberales que consideran que el mercado
se regula solo y que la intervención estatal importuna a la oferta y la demanda…
sí, sí, estamos como para confiar en la “mano invisible”, como para entregar al
mercado y a sus principales baluartes las riendas de nuestra existencia, en
menos de dos semanas estamos remando en las galeras como en Ben Hur…
Quitando
a los bancos , diría que puedo compartir las razones esgrimidas en cada una
de los ejemplos a la hora de justificar
el apoyo… pero supongo que los recursos para apoyar son escasos y eso es una
fuente de conflictos, ¿Hacia dónde se dirigen ese apoyo? esta decisión la toma
la clase política en base a unos preceptos que nos enseñan en sus campañas y
discursos que se acaban transformando en políticas públicas, programas… tiene
que ser complicado gestionar esto, determinar que es lo verdaderamente
importante para el desarrollo, prosperidad y calidad de vida de una sociedad.
Aunque sinceramente, se me ocurren dos pautas
que se deberían tener presentes de forma
transversal a la hora de suministrarlas. El
apoyo tiene que tener entre sus finalidades fomentar la autonomía económica de cada uno de los
sectores o ámbitos apoyados, tiene que trabajar para que la dependencia de lo
público se pueda reducir hasta convertirse en innecesaria, además han de buscar la potenciación de aquello que provoca sinergias económicas y sociales positivas.
El segundo tiene que ver con la
transparencia, si el dinero utilizado pertenece a todos los contribuyentes, tienen que desarrollarse e implementarse
todos los instrumentos necesarios para conocer su recorrido (como la trazabilidad
de los alimentos, pero con el dinero público) que eviten corruptelas y
chanchullos... vamos, en España, país de larga tradición corrupta (http://www.expansion.com/2014/02/03/economia/1391426563.html), esto ya sería un avance total, sin entrar en la eficiencia y en la eficacia de lo que se impulse.
A ver, que quede claro, todo esto planteado desde la asunción de que
como seres humanos la cagamos bastante a menudo y de que es imposible controlar
todo, pero trabajando con buena voluntad y pensando en hacer
de este mundo un rincón en el que todos podamos pasar nuestro tiempo placenteramente.
¿Qué os parece hermanas y hermanos del
desarrollo local? (a modo de despedida de este humilde púlpito del desarrollo
local)
De acuerdo completamente, contigo! lo mismo sucede en nuestros paises, o por lo menos en Rep. Dominicana, en la que el Gobierno subsidia a miles de personas a través de diferentes medios: bono gas, tarjetas solidaridad, bono luz, etc. etc. mas, aunque para personas discapacitadas, en lo que muchos llaman el paro (en España), o por un tiempo limitado a gente que no tendria otro modo de subsistir....hasta tanto se creen las oportunidades para ser colocadas en puestos que le generen ingresos y dinamicen la economia. No conocemos de ningún seguimiento o proyecto con tales fines, para a excepción de personas enfermas o en condiciones especiales, puedan tener la oportunidad de hacer el cross over o salto de indigente a ocupar una posición digna; para que las dádivas que en lugar de solidarizarse lo que hacen es que ensanchan el cuadro de miseria. Las largas filas de personas esperando en las afueras de un comercio, para cambiar una tarjeta por productos de primera necesidad (en edades productivas), son imágines bastante deprimentes.
ResponderEliminarYo entiendo que siempre habrá situaciones y casos que necesiten ser atendidos desde la administración como personas con enfermedades o discapacidades, pero creo que con el resto se deben de buscar itinerarios que capaciten o que posibiliten la autonomía económica, ya sean personas, sectores de actividad.. Para llevar a cabo esto en España necesita de una revisión y reformulación de la forma de ejecutar muchas políticas públicas. Se necesita transparencia en cuanto a recursos destinados y resultados obtenidos, evaluadas con rigor metodológico, que permitan debatir si están siendo adecuadas y efectivas.
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